Ayer cuando desperté tras un increíble fiestón la noche anterior solo pensaba en una cosa, coger la burra y llegar hasta donde el depósito diga pero...mal asunto. Nuestro amigo el señor invierno ha aparecido casi sin llamar y con cierta crueldad. Empezó a llover y aún no ha parado y cada vez empeora más.
Estamos en Diciembre y ya sabemos lo que toca a partir de ahora. Findes de comidas de empresas, familiares o con los amigos así que nuestras pesadas camaradas dormirán sus motores en el garaje despertando solamente para un breve paseo cualquier sábado o domingo por la mañana (si es que nos hemos podido escaquear de alguna cita típica de estas fechas).
Atrás quedan los chorreones de sudor en Buitres Leonaos, las agujas de los pinos clavándosenos en Faro, el sol calentando mi chupa en las llanuras aragonesas o quemando mi nariz en los llanos de la comarca extremeña de La Serena.
La primera concentra será la de Rota como en años anteriores pero... ¿se me verá en Motauros?. Nunca digan nunca.
Hermanos, mi año ha terminado.
