jueves, 18 de agosto de 2011

III Concentración N-431; Ayamonte, AGOSTO-2011

A última hora y por temas familiares peligraba mi asistencia a la concentra. Tras mil malabares con los planes y montar la burra en un minuto ya estaba el tío esperando en la Venta Pazo a sus hermanos de ruta. Finalmente todo apuntaba bien y hacia Ayamonte tomamos rumbo Sensu, Juaky, Beiby, Gema, Josemari, Bea y servidor para asistir a la tercera concentra de nuestros amigos los N-431. Todo iba bien pero, claro, yo tenía que liarla y a los pocos kilómetros La Gitana empezó a fallar como nunca antes lo había hecho. Increíble como se pasa mal en un viaje relativamente corto y el no tener experiencia en pisar talleres por averías. A duras penas llegué a nuestro destino no sin antes haber dejado un rastro de sudor frío por la carretera.



Al llegar al recinto de la concentra pudimos observar cómo se habían adelantado Javi LR y Encarni que debían aguantarnos bajo el mismo techo hasta el domingo. En pocos minutos Ale de Burracos ya estaba aliviándome de la penurria del viaje con un Legendario fresquito. Pues nada, ducha y desparasitación y a casa de Agu y Cristina VR que habían preparado una barbakiú en nuestro honor. Noche de birritas y mosquitos doberman hasta que me acostaron a patadas.

El sabado nos piramos a Islantilla a pegarnos un día de playeo, piscineo, pescaíto y birras a porrón pero todo en plan relax ya que la noche iba a ser memorable. La Gitana se portó bien así que el rayote mental no apareció en todo el día. En fin, teníamos ganas de ver a la peña, actuarían grupos guapos y las fiestas de "loh jeneh" nunca suelen defraudar. Puesto el pañuelo en la cabeza aquello no tenía marcha atrás pero... si ya lo sabíamos ¿para qué esperar pues?.

Recién aparecida nuestra fiel amiga la noche dejamos caer nuestros cuerpos por la concentra. Como de costumbre todo fue en orden. Saludos y más saludos, jarras y jarras de espumosa malta fermentada mientras saltábamos al son de los grupos que se desgañitaban ante la plebe motera. Mientras todo ello ocurría apareció Pinotxo y Rakel del SCC con "Pinotxito" (Juaky dixit) y pudimos celebrar el cumpleaños de Encarni entre conspiraciones y sospechas. Lo mejor el barquillo y "la" vela de cumpleaños... puta crisis. Demasiada la búsqueda de fairemán, hombre de recursos, para darle la sorpresa.


A partir de este momento la memoria empieza a flaquear y los recuerdos se vuelven borrosos si bien es imposible olvidar er momentasso Videos de Primera cuando la madera del escenario cedió engulliendo entre sus fauces al cantante del grupo que actuaba. El siguiente recuerdo es un grupo versionando a Rocio Jurado y cómo servidor iba subastando el trozo de tabla que salió volando del escenario al partirse. Al final, como no, cuando la madrugada estaba bien entrada sólo quedábamos en pie Sensu y yo ¿qué raro no? hasta que aparecieron Bea y Gema para acompañarnos un rato aunque en verdad lo que hicieron fue recogernos.

Domingo, día del Señor. Señor ronquido diría yo porque uno cayó en la cama como un mueble bar.  Por la mañana un desayuno light y de vuelta a la concentra a quitarnos los restos de tostás entre los piños a base de tragos de cerveza. Y más cerveza y más saludo y una buena parrillada entre pecho y espalda que vino a recordarme que, aunque uno haya adelgazado, el espíritu de gordito ñampazampa siempre estará presente en mi interior.

La tarde Sensu y yo (¿dudaban?) apuntillamos la concentra de tal manera que recuerdo como terminé con un perro, recogiendo sillas y comiendo sandía. Para lo que hemos quedado...


Así que nada, a recluirnos en casita a volvernos a desparasitar, comer y beber, reírnos como sólo nosotros sabemos hacer. Despedida de Javi y Encarni, visita de Fireman Jr. y parienta y cuando nos dimos cuenta ya estábamos entre sábanas de cartón soñando que eres un rehén en un secuestro en Sola Ricca.

Despertamos tranquilos, bajamos más tranquilos aún, más tranquilos nos fuimos y mortalmente tranquilos volvimos a Sevilla. No porque rodáramos a cincuenta, no. La Gitana volvió a flaquear hasta el punto de coger el móvil para llamar a la grúa y salvarme en última instancia. Al cabo de más de dos horas y pico vislumbramos el skyline bormujero y fuimos separándonos si bien Sensu me acompañó hasta el barrio de bloques albero por si me pasaba algo.

Conclusión: un puente der caraho, barato, tajonudamente sano (¡es que no!) y de vuelta con la agradable sensación que siempre dejan esos personajes de Ayamonte que tan bien nos tratan. Pero lo mejor de todo los hermanos con los que ruedo. Esa paciencia no tiene límites. Por eso os quiero tako.