miércoles, 20 de octubre de 2010

Una vuelta por Madrid; 16-17 Oct/2010

Por motivos laborales servidor debía estar el 18 y 19 de Octubre por la sierra madrileña y, claro, no iba a pasar por los madriles y no comunicarlo al Komando Madriz del S.C.C..

El caso es que el sábado por la tarde llegaba yo en AVE y allí estaban esperando Pepinillo con su pequeña y Acrux que aparecía por Atocha fardando de alforjas nuevas. Estaba claro que la lluvia cervecil era inminente así que, tras un rato intentando salir del parking y un paseo de cuatro calles arribamos en el "Tiracañas" pequeño gran bareto cargado hasta las manetas de botellines de Cruzcampo (cuando nos fuimos no). Se ve que mi fama de enamorado de la buena mesa llega hasta la capital del imperio porque a los diez minutos de sentarnos aparecía sobre nuestras cabezas una bandeja de huevos rotos con salchichas. Y luego otra de chorizo a la sidra, Y luego otra de callos madrileños. Y mil botellines con sus pinchos correspondientes... puffff!!!! Vimos ganar al Barça y al Madrid pero mi estómago estaba a punto de entregar la cuchara. Llegó Campa y al rato Acrux pagó (a traición no mamón) y nosotros tomamos rumbo a Loeches para tomarnos un par de ellas más y a sobarla que el domingo va a ser largo.

Al despertarnos Pepinillo, Celia (su heredera) y servidor fuimos a desayunar un plato de huevos fritos, beicon, tortitas y patatas fritas. Con esto no pega un Cola-Cao ¿no?. Pues cola light para no engordar. Mi estómago petó y no paró hasta el martes.

Un paseo por el parque de la CEE de Torrejón de Ardoz el cual es muy guapo, lo recomiendo. Luego a tomar tres o cuatro birras más y a esperar a Natalia, la mujer de Pepinillo, para encontrarnos con Acrux, Elegante Lagartija (muy guapa la burra tío), Pacodrilo e Inmac, Raquel y Prada que nos esperaban en un asador cercano a Barajas. Campa llegó un poco más tarde al igual que Chicano y familia.


Patatas fritas, ensaladas, costillas, chorizo, morcilla, falda, lomo, churrasco, y cerveza, muuuuucha cerveza,,,,,,,,,,,,,,, todo ello volaba rumbo a nuestra mesa donde cada vez estábamos más llenos. Tras las mil viandas ingeridas salimos a la terraza a fumar y tomar un café. Nos deseamos suerte con las ventas y nos despedimos. Nos lo pasamos de lujo y conocí algunos mahoudrileños que me quedaban por conocer.

Un saludo y hasta otra. ¡¡Larga vida al Komando Mahoudriz!!.

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